Sol y sombra

Así es la vida, sol y sombra. Pero no cabe duda de que es preferible el sol, aunque también es necesaria la sombra. Compañeros inseparables, pero la una no puede vivir sin el otro. Ayer sumergido en las sombras, hoy con los ojos entrecerrados, sonriente, sintiendo el tibio sol en mi rostro.
Día precioso en Madrid. Día con otro sentido que el viernes. Dentro de unos años recordaremos el 23 de enero como el día en que nos cruzamos, el día en que tu me viste a mi y yo no a ti, quizás fuera ciego. Quizás estuviera ciego hasta ese 23 de enero. Relato corto, estoy cansado. Te has vuelto, 20 minutos intentando cerrar la puerta de arriba de casa, y te dejas abierta de par en par la de abajo. Me he reído al verla, me ha entusiasmado tu manera de dejar esa huella que va contigo. Llamo a mi madre, hacia tiempo que no sabía de ella. Me ha cambiado una espuma de afeitar por una crema para la cara (regalo de reyes). La digo que muy bien, me dice: como eres un guarro y vas sin afeitar te he cambiado la espuma de afeitar. Me escuece lo de guarro, pero es inútil reclamar o mandarla a la mierda. Quizás debiera colgarla el teléfono y no volverlo a levantar. Analizo después el tema, y ¿sabes? ayer llevabas razón. Pero en el fondo me da igual, hoy es un día de sol. Dicen que mañana nevará, pero ¿qué más da? Un beso.