Identidades

1 Febrero 2010

Sin avisar, ¡zas!, ya es febrero. Entre los hijos de puta de la Aguirre, los cementerios nucleares, el fútbol, Obama, y las guerritas estas de Afganistan e Irak, el paro, las pensiones y no se sabe que asuntitos más, llegan los carnavales, y después la primavera, y después el verano, vacaciones, vuelta, las Navidades y volveremos a estar en febrero. Día raso, azul y frío en Madrid, un rayo de sol se ha estrellado contra la ventana de una oficina. Iba sin pensar en nada, que no tiene que ver nada con la capacidad de dejar la mente en blanco, sino más bien con el abobamiento, y ¡zas!, el rayo avisa que ya es febrero.

Hoy he comido con un tipo al que apenas conozco. Hablábamos de temas de trabajo. Todo muy formal, todo muy guays. Hay gente que le gusta comer con gente que no conoce, aún teniendo la opción de no hacerlo. Cuando esto ocurre, no sabes si comer, o estar pendiente de la conversación, ya que conseguir ambas cosas es tarea imposible. El tipo se confía, se siente a gusto. No hay nada como mostrar hacia alguien admiración como para que sienta ganas, enormes ganas, de contarte su vida. El tipo o la tipa se cree que no para de hablarte de temas de trabajo, pero en realidad te está hablando de sí mismo. En definitiva, y he aquí lo mejor, sin preguntar nada de manera directa me he enterado de los estudios de su hija, dónde los cursa, su última entrevista de trabajo, que tiene un novio que es una eminencia que vive en London, que tiene una nieta que pasa horas con él en el despacho, pero que se pones unos casquitos y chatea, por lo que deduzco la edad de la niña, que mantiene amistad con un grupo de la juventud, los únicos de una pandilla que siguen casados después de 30 años; me da dos nombres de gente famosa con los que ha trabajado, cuenta dos anécdotas, trabajos y anécdotas, en las que aparecen más nombres, lugar de veraneo, otra hija farmacéutica a la que hace el IVA. En definitiva, si metes el nombre del tipo, y vas añadiendo datos sueltos de todos los conseguidos, sería posible, en menos de una tarde, conocer su vida.

No hay conclusiones, estoy muy cansado para sacar conclusiones. Los días ya se han alargado, aún no es de noche. Vuelve la primavera, después el verano, tras el la navidad, y de golpe y porrazo, volveremos a estar aquí, diciendo: los días ya se han alargado. Y cuando todo esto acabe será el momento de pensar qué has perdido a cambio o a quien has perdido. Y ¿qué harás cuando todo esto haya pasado y te encuentres solo, sin ese algo, sin ese alguien, cansado de conocer gente que ni te va ni te viene?. Un beso