Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
Las Razones del Diablo

Historias de todos los días

Aunque sólo sea esto

Cada vez me cuesta más escribir aunque no paro de escribir. Cada vez escribo más sobre asuntos que, a su vez, cada vez me interesan menos. No sé si le pasa a mucha más gente y como lo viven, para mi es dramático. La balanza está realmente descompensada y el plástico barato se está zampando a los materiales nobles de manera implacable, tanto, que sus contornos ondulados, henchidos y brillantes de colores chillones nos empujan haciéndonos resbalar. Pero no hay hendidura posible a la que asirse porque sus formas son rechonchas,  lisas, están perfectamente pulidas. Así que en un momento dado de la curvatura, a una velocidad de vértigo,  caes al abismo.   Caemos flotando, a plomo. Nuestra figura se hace pequeña y acaba desapareciendo en el negro infinito, allá abajo, no se sabe muy bien dónde ni a qué distancia. 

Ya no existe la intimidad ni el distanciamiento, y lo lamento. Defiendo como puedo  mi espacio, mi lejanía, mi derecho a la capacidad de estar callado, de poder pensar en algo como consecuencia de nos pensar en nada. Odio esta mierda de tecnología que te hace estar todo el día rumiando las mismas historias, los mismos problemas, los mismos retos, que al ser tantos y tan repetitivos han perdido ese calificativo convirtiéndose en una mera rutina hueca. Pasan los días tan rápido, y con ellos las semanas y los meses. No nos damos cuenta, y nos creemos que no transcurre el tiempo hasta que un día, de refilón, ves tu figura en el espejo y entonces, te miras y te recuerdas a ti mismo, y te preguntas en qué momento, hace ya cuánto tiempo atrás, te hundiste en un sueño frenético que te ha llevado a ser el que ves ahora reflejado. 

Creo que mejor me callo, pues ¿qué sentido tiene esto? ¿Escribir para qué? ¿Escribir para quién? Reflexionar e intentar hacer un alto es tarea imposible y cuanto más veces renuncias a ella más se atrofia esa capacidad. Además, las nuevas hordas de hombres y mujeres que entran al ruedo ya no la traen con ellos. No saben qué es, a qué se refiere, ni que problemas puede solventar tal capacidad. La suya sólo atañe a objetivos ligados al rendimiento, a sueños de triunfar, de destacar a costa de quien sea.  Por eso, cada vez veo a más desequilibrados, a más psicópatas a mi alrededor con los que, sinceramente, nos se socializar. Tienen las miradas idas, a veces turbia, a veces extremadamente cristalina, dan miedo. 

Mi madre se va, tardará poco. Ya ha entrado en esa fase irreparable y de deterioro sostenido. Se le nota en el tono de su voz, en su forma de observar. Sinceramente, no sé cómo afrontarlo. No sé si será un alivio, una liberación de esa extraña atadura invisible que me resulta molesta y obsesiva, o si lamentaré su ida y añoraré su hueco, por mucho que ahora me cueste rellenarlo a veces. Pero bueno, eso es agua de otro cantar, así lo dicen, aunque no sé muy bien a qué obedece el dicho. 

A pesar de todo esto, me alegro de haber escrito, aunque sólo haya sido esto. 
 

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post