2 Noviembre 2010
Se ha aposentado el otoño en Madrid. ¿Y a quién le importa? Nadie habla de ello. Aquí da igual la estación del año. Sólo hay dos climas, el calor o el frío. Quizás sea así más sencillo, pero es tan aburrido.
La verdad que todo descansa sobre la dualidad del sí o del no. Lo tenemos claro o todos son dudas, el calor o el frío, y a la mierda las otras estaciones. Son hermosas, pero efímeras, son un tiempo, sólo un paso intermedio entre la luz y lo negro.
Vivimos en veranos y en inviernos, nos parecen tan definitivos. Omitimos el otoño y la primavera aunque fantaseamos con ellos. Preferimos los días cortos, oscuros y fríos, preferimos los luminosos, interminables y calurosos, nos aclimatamos, nos resignamos, adoramos la rutina, el mañana que será igual, pero sonreímos con las tormentas del estío, o con un día de Sol en invierno.
Puede que así sea más sencillo. El resto, parecen ser gilipolleces.